Cuando escuché la noticia imaginé fueran
alucinaciones… Hurgaba en busca de la razón para sacar a la Lucha de los JuegosOlímpicos (JJ.OO) de 2020, mas, no encontraba respuestas convincentes ante tal
aberración.
La información emerge cual pesadilla para
países con resultados favorables en dicha disciplina, marcha en detrimento del
prestigio del evento deportivo de mayor envergadura en el mundo. ¡Increíble!,
pues cómo aceptar tamaño absurdo, si se trata de una modalidad celebrada desde
los primeros JJ.OO de la era moderna, en Grecia durante el 1896.
Los gladiadores de entonces quedarían
petrificados ante la novedad, y hasta algunos quizás tuviesen ganas de
resucitar para aportar su voto en contra de la expulsión, y enseñar el respeto
por la tradición, la historia, e inculcar el sentido común en ciertos señores
que ni siquiera han sudado tanto la camiseta, para disponer del destino de
quienes sueñan con el podio olímpico, más aún en un deporte milenario.
Según
el diccionario de la lengua española, “el deporte constituye una actividad
física ejercida como juego o competición…” Ninguna acepción habla sobre la
conversión en negocio, aunque así, lamentablemente, lo dicte la realidad. ¡Ay
realidad!, ¿por qué andas tan distorsionada…?
Otras apologías hablan sobre la modernización
de los juegos y las miradas a un futuro ¿pródigo?, ¡cuidado! Eso de la
modernización a veces suele convertirse en arma de doble filo y muta en
sinónimo de involución.
¿Qué la lucha carece de popularidad?, quizás,
¿Qué deben modificarse las reglas?, es cierto, ¿qué no es entretenido?, perdón,
eso no, pues sí es vistoso, de corta duración, dinámico y además, legendario.
No obstante, dónde están las modalidades
súper atractivas, llamadas a incorporarse al selecto club de los JJ.OO. ¿El
golf?, ¡Oh, sí, qué notable!, sobre todo en los países del primer mundo, donde
lo practica una élite. ¡Ah, y qué entretenido, fascinante…! Vamos, a otro con
ese cuento, no jueguen con la apreciación de quienes seguimos el deporte desde
niños.
La determinación
golpeó a Cuba, una vez más desde la periferia nos afectamos con acuerdos
tomadas desde “bien arriba”. Resulta difícil tragar en seco el dictamen cuando
el decursar de los gladiadores de la
Isla por citas estivales acumula 19 medallas: siete de oro,
cinco de plata y siete de bronce.
Nuestra posición no solo incluye los lamentos
por prescindir de tales actuaciones y resultados para el futuro, sino porque en
el mundo lo practican más de 180 países; mas, solo hace falta un poco de sensatez
para percatarse de la intervención de otras influencias, poderes…
Sobre el asunto, circulan muchísimas
especulaciones, causas, informaciones… Una de ellas versa sobre la renuncia de Raphael
Martinetti, presidente de la Federación
Internacional de Luchas Asociadas (FILA). Según varios cables
de agencia, Martinetti tuvo en sus manos la decisión definitiva y ante la
disyuntiva del sí o no, prefirió la retirada. Ahora, posiblemente el serbio
Nenad Lalovic deberá lidiar con la papa caliente.
Existen esperanzas, pues tal disciplina de
combate se unió a otras siete especialidades para optar por la incorporación
olímpica en una reunión pactada para septiembre de 2013 en Buenos aires,
Argentina, de donde saldrá también el veredicto sobre la cede de la cita del
2020.
Ante los desaciertos, los JJ.OO no parecen
enrumbarse por buen camino, ¡qué lástima!, la ausencia de escrúpulos lacera el
futuro de la competencia estival, destinada a convertirse en los Business Games
(Juegos de los Negocios). ¿Y para Cuba?, bueno, primero el béisbol, y ahora la
barrabasada de la lucha, solo falta que aparezcan nuevas coartadas para liquidar
el boxeo, el judo… Sinceramente, ¡ya nada me sorprendería!
No hay comentarios:
Publicar un comentario