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Ante el reclamo y la inminencia de las
problemáticas marchan los periodistas en busca de implicados y responsables,
pero en ocasiones chocan con un muro
verbal: “No, no…, eso no es así”. Se produce entonces una réplica alejada de
las masas, contraria a los criterios de decenas, cientos… de pobladores.
Emerge, lamentablemente, una respuesta distante de la realidad.
Otros tantos reporteros tropezamos a diario
con evasivas como esas. Aquello que corean a viva voz, a los cuatro vientos, y
asalta el pensamiento de la mayoría, NO ES ASÍ para los encargados de las
soluciones. Ellos, en lugar de mirar en derredor para advertir las averías y
reconocer errores, marchan de frente cual caballo sin freno a escribir réplicas
y contradecir, desde una posición de poder, el criterio generalizado.
Los he observado también en la mesa de “A
debate”, programa de Perlavisión. Disímiles aquejados llaman para volcar las
inquietudes, a veces con hechos y ejemplos concretos, mas, los funcionarios
saben cómo escabullirse del estrecho tramo entre la espada y la pared y
perseveran: “Eso no es así…”
Tales posiciones defensivas impulsan la
propagación de “Lindoros Incapaces”, con las mismas costumbres, rutinas,
desmanes… Y no parece muy certero el espejo de “Mí mismo”, cuando las
problemáticas caminan como Pedro por su casa, y ellos, los “Lindoros”, insisten:
“eso no es así…”
Algunos decisores precisan alejarse del buró,
la computadora, los informes, las reuniones… salir con un lazo, cual avezado
montero, para atrapar la realidad, que en diversas circunstancias se les va tan
lejos… a veces, hasta lo inalcanzable.
En varias entidades urge escudriñar la
política de cuadros, pues devienen averiadas, distorsionadas. Sí, distorsionadas,
porque, ¿cómo se explica que ciertos trabajadores les pongan a su jefe el cartelito
de “Cero por ciento”? Incluso, ajustándolo a términos informáticos, los
subordinados describen las propiedades de quien manda, y le otorgan 256 megabytes
de memoria RAM y un procesador Celerón (de los más viejos). ¿Se imaginan?,
¿cuántos problemas podrá solucionar con esa capacidad?
A muchos hasta les causa risa, pero es
triste, MUY TRISTE, sobre todo porque, “desde arriba”, lo perciben y se hacen
de la vista gorda, o peor aún, confían en el mejoramiento de un humano sin
compromiso, sin sentido de pertenencia, incapaz de actuar en concordancia con
las necesidades, peticiones e inconformidades del resto del colectivo de
trabajo y del pueblo en general.
Ojalá fuera un sueño, suposiciones o
exageraciones mías, pero no, por desgracia, ESO SÍ ES ASÍ. Y de la misma manera
emergen las dificultades, circulan de boca en boca y a espaldas de los
responsables. Ellos, los “Lindoros”, en algunas ocasiones ni siquiera se ponen de
acuerdo para decir la verdad, o la mentira.
Y así, las soluciones concretas suelen
perderse en un mar o un mal de palabras. Ocurre cuando los directivos le toman
el gusto a la posición de “hombre corcho”, y flotar a pesar de los pesares, los
inducen a hacer y deshacer y a rebatir lo irrebatible como muestra fehaciente
de la ausencia del sentido común. Por eso, muchos se tornan omnipotentes
obstinados e insisten una y otra vez en que “eso no es así…”. Bueno, y si no es
así, entonces, ¿cómo es…?
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