jueves, 30 de enero de 2014

De mercancías perdidas y estantes vacíos



Tras la prohibición de vender ropa, bisuterías, ferretería y artículos del hogar importados, se palpa la inconformidad de un grupo de cuentapropistas y de la población.  

 Algunos estantes amanecieron más vacíos en el 2014. Ropas, zapatos y bisutería de procedencia extranjera descansan en los baúles… Bueno, al menos ante los ojos de la legalidad, pues solo Dios y algunos osados saben bien a dónde fueron a parar los bultos de mercancías que obligatoriamente debieron desaparecer de establecimientos no estatales.
  
 El 31 de diciembre era la fecha límite para exhibir tales bienes, pues en septiembre de 2013 el Ministerio de Trabajo y SeguridadSocial (MTSS) aclaró que en la licencia de “modisto o sastre” -mediante la cual se expendía la ropa- no permite comercializar estos medios de fabricación industrial o importada. 
  
 “Imagínate periodista las cosas se pierden. En lugares como el 'callejón' uno encontraba de todo: polvos para la cara, brillos de labio, aguja, hilo, elásticos, acetona, gafas lindas … ahora nada de eso aparece allí, ni tenemos la seguridad de encontrarlos en otro lugar; ellos solo pueden vender los productos nacionales, que por cierto, están feos, feos”, comentó la ciudadana Milagros Cabrera Concepción.
  

lunes, 27 de enero de 2014

Cuando el fisco toca a la puerta


Restaurante La Cueva, a cuya dueña le determinaron 91 mil pesos de deuda tributaria

En coautoría con: Roberto Alfonso Lara

Iniciada ya la Campaña de Declaración y Pago de Tributos 2014, el proceso de fiscalización efectuado el pasado año a elaboradores de alimentos y transportistas, atraviesa todavía una fase de reclamaciones y demandas, en virtud de las inconformidades alegadas por este grupo de cuentapropistas.

  
Todo se vino abajo de un año a otro; ni siquiera hubo tiempo para pensar en el futuro inmediato. Las perspectivas de vida de muchos cubanos pasaron de utopías a quimeras, y en medio de la nada, con los platos vacíos y los bolsillos inmersos en una profunda depresión, no quedó otro remedio que volcarse a “la lucha”.
   
  Vicente Medina Medina sobrevivió, como tantos otros, la dura etapa de los años 90. Ante el reto de mantener por sí solo a una familia (esposa e hijos), renunció a los lamentos y montó un “negocito” consistente en la venta de refresco y disco de queso. Desde entonces ejerce como trabajador por cuenta propia, y nunca debió nada a nadie.
  
 Sin embargo, ahora parece afectado por estrés, “apenas duerme, tiene pesadillas y se levanta mucho durante la noche”, comenta angustiada su esposa. Y no es para menos. Al hombre le notificaron 8 mil pesos (moneda nacional) de fisco y una multa de 500, por supuestas contravenciones en la declaración jurada.