lunes, 10 de febrero de 2014

Falta del desodorante: en alas caídas no entran narices


  Minerva no quiere —no puede— levantar los brazos en la guagua abarrotada. Escabulle la mano para aguantarse de una baranda baja… “imagínate, hace dos días estoy sin desodorante”. Y llega algún aliciente al percatarse de que no es la única; pocos quieren levantar los brazos, algunos lo hacen cuando no les queda otro remedio.
  
 No es un problema reciente y mucho menos aislado. Tras el itinerario por más de quince tiendas en la ciudad de Cienfuegos, no hay indicios del ineludible producto de aseo. Por ende, al medir la temperatura de los comentarios cotidianos el termómetro parece explotar: “andar sin desodorante es la nueva moda en este clima tropical”, “‘Cúchelo’ qué cómico, preguntando por el desodorante, ¿niño en qué planeta tú vives?” y las propias dependientas también regalan esa mueca llena de burla e incredulidad: “está perdí’o…, dicen que va a entrar…, ¡diiicen!”.
  
 El pasado fin de semana llegaron pocos ejemplares con la etiqueta de “Un toque” y “Natural” al Mercado Habana y el “Obao” a La Nueva en la propia urbe sureña. Y volaron. ¡Duraron algo!, tanto como el famoso merengue en la puerta del colegio. Las personas, con lógica desesperación, asaltaron los estantes y los llevaban de tres en tres, de cuatro en cuatro, de cinco en cinco…
  

“Ay, no me enteré cuándo hubo; me hace falta una alarma en el móvil que me avise si lo sacan, o mejor, necesito un ‘contactico’ en las tiendas”, la suerte es que la mofa relaja y medio resignados, medio acostumbrados seguimos con los brazos abajo, porque al levantarlos… bueno, ustedes saben.
  
 Por el mismo andén del rumor circula que “Suchel va a cerrar”, “Dejaron fuera  a una pila de trabajadores”…,  y es que el pensamiento popular exacerba las especulaciones, y unido a ello, las propias circunstancias dan crédito a elucubraciones ávidas de rectificación.   
  
 El periódico Granma en su edición del 21 de enero, aclaró: “Habrá desodorante, afirman funcionarios; Suchel no cierra”. Y con la noticia la “certeza” guarda asiento en el futuro.
  
 Según Bárbara Acosta, viceministra del MINCIN, ya está el material en las fábricas, y el desodorante debe llegar a la red en el mes de marzo una vez que el ritmo productivo lo permita.     

 De igual manera, Roberto Cabrera Zamora, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Ligera, explicó que el desabastecimiento responde al incumplimiento del plan correspondiente al 2013 con un déficit superior a las 685 mil unidades. Los incumplimientos asomaron “a finales de año por problemas de financiamiento para adquirir la materia prima”. 

 ¡Qué caro le sale al cubano las fallas del financiamiento! En los últimos tiempos el desabastecimiento de varios productos parece establecer un sistema por turnos: desaparece la frazada de piso; llega a los mercados y se va el detergente; cuando este último está en las vidrieras, se esfuma el jabón; con la presencia del jabón, el champú se torna intermitente, y ahora, parece que en la cola de faltantes le correspondió al desodorante. Mas, cuando asome el susodicho ¿Quién será el próximo?

 Con tamaña inestabilidad también se ausentan dos y tres productos a la vez, para dejar con más holgura a los que permanecen en los estantes, por cierto, con precios de otra órbita. Entonces ¿tendremos que garantizar un pequeño almacén en las casas en pos de garantizar provisiones en casos de esfumación?

 Mientras buscamos soluciones —como agujas en pajar— la inseguridad adentra sus raíces en la siquis del cubano, pues unido a los sinsabores para echar alimentos en la jaba —y el estómago— sobrevienen los traspiés a la hora de adquirir los bienes de aseo. Y en esa agitación por llegar primero a agarrar lo escaso, concedemos un adiós temporal al desodorante sin levantar ni siquiera los codos, los brazos… porque si los alzamos… bueno, ustedes saben.

 En cada episodio de ofertas desvanecidas queda lista la tela del juicio para tender la planificación, y juzgarla, porque los cálculos no deben ir en detrimento de necesidades indispensables del ser humano ¿No habrá por ahí un plan B para tales casos? Todavía resultan esquivas las fórmulas para estabilizar la producción, compra y distribución en función de coadyuvar a la tranquilidad social.

  Otra vez el mercado negro le guiña el ojo a los necesitados. Con aire de superioridad consolida sus cimientos a costa de las insuficiencias de producciones nacionales y de la “turbación” a la hora de proyectar cuanto se va a importar. La falta de previsión nos llevará nuevamente a perder la partida de ajedrez y no podemos darnos el lujo de quedarnos sin peones, caballos, torres, reinas…        

 ¿Habrá que estar al tanto de las “bolas” de quienes no trabajan y tienen la suerte de enterarse cuándo sacan o desaparece un producto? ¿Tendremos que acercarnos —acaso parecernos— a esos que les alcanza el tiempo para rastrear, acaparar y revender? ¿Además de apretarnos en la guagua también es preciso estar pendientes de evitar levantar los brazos?

 Esa postura no se corresponde con la condición del cubano, quien por idiosincrasia acostumbra a  gesticular bastante, lo mismo cuando habla de pelota como de la falta de desodorante, solo que, precisamente, y recordando al susodicho, muchos andan con las alas caídas, no de tristeza, sino para que no entren narices.

2 comentarios:

  1. Pobre Minerva hoy es el desodorante mañana el jabón y la pasta y así así así.......

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  2. Minerva es solo un reflejo de muchos cubanos que pagan las ineficiencias, qué se le va a hacer

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