viernes, 19 de julio de 2013

Cuando el círculo se cierra... ¿cómo piensa el hombre?


El ser social es lo que determina su conciencia. 
Karl Marx 

Para inyectar voluntades en la fuerza laboral es preciso repasar una y otra vez la teoría del materialismo histórico donde queda claro, entre otras cuestiones, que el hombre piensa como vive. Y cuando el tema sale al ruedo en el marco de reuniones sindicalistas aparece la estimulación en el centro de la mirilla, en el mismo lugar donde pervive el contento del ser humano.

 Este tópico constantemente martilla la conciencia, y por ello, se desbordó en las sesiones del XX Congreso de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) en Cienfuegos. Ulises Guilarte De Nacimiento, presidente de la comisión organizadora del cónclave a nivel de país, destacó que la base de desarrollo en la nación permanece en manos de los afiliados y el socialismo tiene entre sus premisas esenciales la satisfacción de las necesidades de estos hombres y mujeres. “Pero eso sale de la producción, del crecimiento en ese sentido”, refirió Guilarte De Nacimiento.

 
Tal reflexión suele convertirse en círculo vicioso mientras da vueltas en el pensamiento de los cubanos, es algo así como el cuento de la buena pipa convertido en consigna. Los estímulos materiales parten de cuanto pueda realizarse, es cierto, pero el propio motor productivo necesita de combustiones amparadas en la garantía de condiciones, en el premio material y moral.

  Yanelys Román, secretaria de la sección sindical de la Ciencia en el territorio, expone: “existen sectores que por sus ingresos resultan beneficiados en lo relacionado con el reconocimiento a su gestión; sin embargo, tenemos otros resultantes de las conquistas de la Revolución como educación y salud, que dependen del presupuesto, y ellos también merecen recompensas, sobre todo por su contribución al desarrollo social del país". 

  Tener en casa, en la propia rutina cotidiana, los medios esenciales para una mejor calidad de vida, trasciende como resorte de la motivación y el sentido de pertenencia, a lo cual se incorpora el afán de superación y el propio amor por la labor realizada. 

  No obstante, Ulises Guilarte dio en el centro de la diana cuando expresó que muchos piensan en el sindicato como una vía de estímulo y olvidan la razón de su surgimiento: representar a los trabajadores. “A nuestro movimiento le ha faltado discutir abiertamente sus problemas”, apuntó el directivo.

  Ernesto Che Guevara, en el artículo El socialismo y el hombre en Cuba, alertaba que tras las equivocaciones se nota una disminución del entusiasmo colectivo. (…) Y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes; es el instante de rectificar.

  En esencia, esa instancia constituye el puente entre los problemas y las soluciones, y de su comprensión se desprende la confianza de los afiliados.

  Sobre esa línea transitó la intervención de Yamilé Díaz Expósito, secretaria de la sección sindical de la refinería de petróleo Camilo Cienfuegos: “debemos aprender a escuchar al negativo, a quien no esté convencido… Si queremos sumarlos, primero debemos prestarles atención. A veces nos dicen que no es el momento ni el lugar adecuado para expresar ciertas cosas, y contamos con sindicalizados que no saben sobre momento y lugar adecuado porque no han encontrado la solución, ni las respuestas en ningún escenario”.

  No cabe en un sistema con intenciones de prosperidad y sostenibilidad, la evasión de las inquietudes en la base, en esa plataforma donde brotan las coordenadas del progreso. Tampoco los planteamientos deben perderse en el tránsito hacia instancias superiores, si no, las palabras quedan suspendidas en el aire.

  Otra vez resultan necesarias las enseñanzas del Che cuando aseguró que “a veces, por extraviar la ruta, hay que retroceder; otras, por caminar demasiado aprisa, nos separamos de las masas; en ocasiones por hacerlo lentamente, sentimos el aliento cercano de quienes nos pisan los talones. (…) tenemos que nutrirnos de la masa y esta solo podrá avanzar más rápido si la alentamos con nuestro ejemplo”.

 Por ello, el debate constituyó una experiencia para experimentar el ascenso en espiral, el escenario donde renacen esperanzas y repasamos los logros e insuficiencias. En Cienfuegos posibilitó señalar a quienes permanecen rezagados en el cumplimiento de los planes del año, donde se incluyen organismos pertenecientes al MINAGRI, MICONS, MINAL, el Ministerio de Industrias y otros.
 
  Los congresos, además de un espacio para la reflexión o quizás la catarsis de quienes no han encontrado muchas salidas, deben alejarse de ataduras formales, de la distancia entre el decir, el pensar y el hacer, mas, con los pies en la tierra. No podemos pretender que las consignas, justificaciones y promesas infundadas alimenten la conciencia, porque, como es lógico, el hombre necesita palpar resultados concretos. Así piensa, según vive.  

 


























































































































































































































































































































































































































































































































































































































































   




















2 comentarios:

  1. !Grande Alexis! Ojalá llegue un día, que tú y yo podamos ver, donde vivamos como pensamos. Vivir lo que pensamos y no dejarlo en el simple sueño.

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  2. el hombre siempre, o casi siempre, pensará según vive...

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